martes, 13 de octubre de 2015

AUTISMO DEFICIT DE ATENCION ASMA

Co-ocurrencia de autismo y el asma en una muestra nacionalmente representativa de niños en los Estados Unidos.


MARISOL RUIZ SUBAUSTE
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Mayor riesgo de asma en los niños con TDAH: Papel de la prematuridad y el estrés materno durante el embarazo.




sábado, 10 de octubre de 2015

INFLAMACION INTESTINAL EN AUTISMO

La prevalencia de la enfermedad inflamatoria intestinal en pacientes con trastornos del espectro autista. ESTUDIO
MARISOL RUIZ SUBAUSTE

NUTRICION ORTOMOLECULAR
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Se produjo un aumento de prevalance consistente y estadísticamente significativa de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal en pacientes con TEA Trastorno del Espectro Autsita 
https://translate.google.com.pe/translate…
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26218138

viernes, 28 de agosto de 2015

NUTRICION AUTISMO PERU ENTREVISTA RADIO NACIONAL

http://servicios.noticiasperu.com/audio/245366.mp3

MARISOL RUIZ SUBAUSTE
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Entrevista a la nutricionista Marisol Ruiz sobre cómo curar el autismo con granos andinos.
Marisol Ruiz declaró que según sus estudios, el espectro autista, que generalmente se considera una condición neurológica y psicológica, tiene que ver con el metabolismo y la nutrición. Explicó que para desarrollar el autismo tiene que haber una condición metabólica de fondo, donde hay 2 proteínas que afectan el cerebro del niño. El consumo de lácteos y el consumo de gluten se convierte dentro del aparato digestivo del niño en opiáceos y esto altera el sistema nervioso central y hace que existan una serie de conductas que los expertos denominan Autismo.
La nutricionista mencionó que se considera espectro autista cuando cumplen una serie de requisitos como: poco contacto visual, rechazo social y en algunos casos auto-agresión. De esta manera, cuando los padres observan estos síntomas normalmente buscan al psicólogo o al neurólogo, pero siempre hay de fondo un problema de metabolismo con determinados alimentos, porque se ha descubierto que hay una carencia enzimática a nivel digestivo y el niño que consume lácteos y gluten se le transforma en morfinas, alterando, de esta manera, la neurotransmisión y exacerbando una condición neurológica que se convierte luego en autismo, informó la investigadora.
Ruiz también mencionó que esto no necesariamente se da por el nivel de nutrición de la madre, sino más bien desde que el padre o la madre son expuestos a comida con colorantes o saborizantes, ya pueden arrastrar una desnutrición. Asimismo, dijo que Sierra Exportadora ha trabajado impulsando el consumo de los granos andinos, como la Quinua, la Kiwicha o la Cañihua porque son granos con proteína completa. Finalmente, comentó que Sierra Exportadora ha sacado el libro Quinua cinco continentes, el cual difunde las ventajas nutricionales del producto por todo el mundo.
Fuente: RADIO NACIONAL / ESTACIóN 103 MAñANA
Fecha - Hora: 17-08-2015 - 10:20
Puede escuchar el audio adjunto haciendo click aquí
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Si usa un equipo móvil, haga click aquí
http://servicios.noticiasperu.com/web_/GUI/GUIRadio/FrmVerPauta.php?idPauta=245366&bool=0


viernes, 17 de julio de 2015

REACCION DEL CEREBRO AL DEJAR DE CONSUMIR EL AZUCAR


REACCION DEL CEREBRO AL DEJAR DE CONSUMIR EL AZUCAR

MARISOL RUIZ SUBAUSTE
NUTRICION ORTOMOLECULAR
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 Los primeros días son difíciles. Casi se siente como si te estuvieras rehabilitando de una adicción a las drogas”, cuenta Andrew que pasó 40 días de abstinencia de dulces. *Este artículo fue originalmente escrito por Jordan Gaines Lewis, una joven neurocientífica conocida por sus escritos sobre temas relacionados a la ciencia. Todos los que me conocen saben que tengo una adicción por lo dulce. Siempre la he tenido. Mi amigo y compañero de clase Andrew tiene la misma adicción, y el hecho de vivir en Hershey, Pennsylvania –la “Capital Mundial del Chocolate”– no nos ayuda mucho. Pero Andrew es más valiente que yo. El año pasado, inició una cuarentena sin azúcar. No puedo asegurar que seguiré sus pasos este año, pero si durante 40 días te abstienes de comer dulces, esto es lo que puedes esperar: 1. Azúcar: recompensa natural, dosis artificial En la neurociencia, la comida es algo que llamamos “gratificación natural”. Para poder sobrevivir como especie, las actividades tales como comer, tener sexo y criar deben ser placenteras para el cerebro para que estos comportamientos se refuercen y se repitan. La evolución ha dado paso a la “vía mesolímbica”, un sistema del cerebro que descifra estas gratificaciones por nosotros. Cuando hacemos algo placentero, un grupo de neuronas conocido como área tegmental ventral usa el neurotransmisor conocido como dopamina para enviar la señal a una parte del cerebro llamada núcleo accumbens. La conexión entre este núcleo y nuestro lóbulo prefrontal dicta nuestros movimientos motores, tales como decidir si comer o no otro trozo de ese delicioso pastel de chocolate. El lóbulo prefrontal también activa las hormonas que le dicen a nuestro cuerpo: “Oye, este pastel está muy rico. Lo recordaré en el futuro”. No todos los alimentos son igual de gratificantes, por cierto. La mayoría de nosotros preferimos lo dulce por sobre lo ácido y lo amargo porque, con el tiempo nuestro cerebro ha reafirmado la idea de que las cosas dulces proveen de una saludable fuente de carbohidratos. Cuando nuestros ancestros buscaban frutos, por ejemplo, lo ácido indicaba “no está maduro aún” mientras que lo amargo significaba “¡Alerta! ¡Veneno!”. La fruta es una cosa, pero las dietas modernas son el producto de años de transformaciones. Hace una década, se estimaba que el estadounidense promedio consumía 22 cucharaditas de azúcar añadida al día, aumentando la dieta en unas 350 calorías. Hace unos meses, un experto sugirió que el británico promedio consumía 238 cucharaditas de azúcar a la semana –34 cucharaditas por día aproximadamente–. Ahora que las personas están mostrando un mayor interés y cuidado respecto a la alimentación saludable, son más los que notan que es casi imposible toparse con alimentos procesados o preparados que no contengan azúcar añadida, ya sea para darle más sabor, conservación o para ambos. Y de la misma manera en que las drogas secuestran la vía de la gratificación del cerebro y nos hacen dependientes, la evidencia indica que el azúcar es adictivo y provoca exactamente lo mismo en tu cerebro que los cigarrillos, el alcohol y la cocaína hacen al cerebro de un adicto. 2. La adicción al azúcar es real “Los primeros días son difíciles”, me dijo Andrew respecto a su aventura sin azúcar el año pasado. “Casi se siente como si te estuvieras rehabilitando de una adicción a las drogas. Me descubrí comiendo muchos carbohidratos para compensar la falta de azúcar”. Hay cuatro componentes principales de una adicción: “atracón” –de drogas o dulces en este caso–, abstinencia, ansiedad y la “sensibilización cruzada” –la noción de que una sustancia adictiva predispone a alguien a hacerse adicto a algo–. Un experimento común funciona así: las ratas son privadas de alimento por 12 horas al día, entonces se les da 12 horas de acceso a una solución azucarada y alimento regular. Luego de un mes de seguir este procedimiento, las ratas experimentan un comportamiento similar a aquellos adictos a las drogas. Se atracan de la solución azucarada en poco tiempo, demostrando mucho más interés por esta que por su alimento regular. Además muestran signos de ansiedad y depresión durante el periodo de privación. Al igual que las drogas, el azúcar gatilla la liberación de dopamina en el núcleo accumbens. A largo plazo, el consumo regular de azúcar cambia la expresión génica y la disponibilidad de receptores de dopamina en el lóbulo frontal y mesencéfalo. En resumen, esto significa que un consumo repetido de azúcar a lo largo del tiempo lleva a una señalización de dopamina prolongada, una mayor excitación de las vías de gratificación del cerebro y la necesidad de aún más azúcar para activar todos los receptores de dopamina del mesencéfalo, como antes. El cerebro se vuelve tolerante al azúcar, y por ende se requieren mayores cantidades para lograr el mismo efecto. 3. El síndrome de abstinencia al azúcar también es real Aunque estos estudios fueron ejecutados en roedores, no es descabellado afirmar que los mismos procesos primitivos ocurren en el cerebro humano. “Las ansias nunca se fueron, pero quizá era algo psicológico”, me dijo Andrew. “Pero fue más fácil después de la primera semana”. En un estudio realizado en 2002 por Carlo Colantuoni y sus colegas de la Universidad de Princeton, las ratas sometidas a un protocolo de dependencia al azúcar luego experimentaron el síndrome de abstinencia al azúcar. Este fue facilitado ya sea por la privación de alimento o por el tratamiento con naloxona, una droga utilizada para tratar la adición a los opiáceos. Ambos métodos de tratamiento de la abstinencia conducen a problemas físicos, incluido el castañeteo de dientes, temblores en las patas, y sacudidas de cabeza. El tratamiento con naloxona también demostró que ponía a las ratas más ansiosas, ya que pasaban menos tiempo en lugares elevados que carecían de paredes a ambos lados. Experimentos de abstinencia similares llevados a cabo por otros científicos también demostraron comportamientos parecidos a una depresión en tareas tales como la prueba de nado forzado. Las ratas que pasaban por el periodo de abstinencia al azúcar mostraban comportamientos más pasivos (como flotar) que activos (como tratar de escapar) al ponerlas en el agua, sugiriendo un sentimiento de desamparo. Un nuevo estudio publicado por Victor Mangabeira y colegas en Physiology & Behavior informa que la abstinencia al azúcar está también relacionada con el comportamiento impulsivo. Al principio, las ratas eran entrenadas para recibir agua empujando una palanca. Luego del entrenamiento, los animales volvían a sus jaulas y tenían acceso a una solución de azúcar y agua, o sólo agua. Después de 30 días, cuando a las ratas se les dio nuevamente la oportunidad de empujar la palanca para obtener agua, aquellas dependientes de azúcar empujaban la palanca muchas más veces que los animales de control, sugiriendo así un comportamiento impulsivo. Estos son experimentos extremos, por supuesto. Nosotros los seres humanos no solemos pasar por 12 horas de privación de alimento, así como tampoco nos atiborramos de bebidas y pasteles al final del día. Pero estos estudios en roedores sin duda nos dan una idea de los apuntalamientos neuroquímicos de la dependencia del azúcar, síndrome de abstinencia, y comportamiento. ¿Sigues motivado en hacer una cuarentena sin azúcar? Quizá te preguntes cuánto tardará tu cuerpo en liberarse de las ansias y los efectos colaterales, pero no hay respuesta para ello. Cada persona es diferente y no hay estudios sobre esto en humanos. Pero después de 40 días, está claro que Andrew ya superó la peor parte, incluso ha revertido algunas de sus alteradas señalizaciones de dopamina. “Recuerdo que cuando comí mi primer alimento azucarado, lo encontré demasiado dulce”, dijo. “Tuve que reconstruir mi tolerancia”. Y como clientes regulares de una pastelería local en Hershey, les puedo asegurar, mis queridos lectores, que lo ha hecho tal cual.

martes, 14 de julio de 2015

GLUTEN-INTESTINO-CEREBRO


MARISOL RUIZ SUBAUSTE
NUTRICION ORTOMOLECULAR


MARISOL RUIZ SUBAUSTE
NUTRICION ORTOMOLECUL
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El intestino hace más que absorber los alimentos - es el determinante barrera del yo y no-yo que educa el sistema inmunológico. Aquí es donde nuestros cuerpos aprenden acerca de lo que para atacar, y donde pueden ser maleducado de atacar a sí mismos (autoinmunidad).
El tráfico de macromoléculas a través de la barrera intestinal requiere un facilitador - un portero que les deja pasar. Este agente se llama zonulina y abre los espacios o uniones estrechas entre las células intestinales.
Zonulina se desencadena por la gliadina, que es la proteína que se encuentra en el trigo cereales, el centeno y la cebada. Esta activación se produce en el 80% de la población sobre la base de haplotipos hereditarios.
Hay razones para sospechar que los granos de prolamina incluyendo lo anterior y de maíz, sorgo y avena (llamado a este debido a su alto contenido de prolina y glutamina) puede jugar un papel en el desencadenamiento de estos cambios intestinales dinámicas. La reactividad cruzada y la estimulación de la gliadina alfa por alimentos como leche, avena, maíz, mijo, e incluso el café instantáneo se examinó en este estudio sugiere que las personas con mejoría clínica limitada en una dieta libre de gluten (pero con anticuerpos positivos) deben también considerar más amplio eliminaciones.
La activación inmunitaria está mediada por cambios en la permeabilidad intestinal y la permeabilidad hematoencefálica. En esencia, una vez que la inflamación local se inició y la puerta a la corriente sanguínea se abre, el sistema inmunológico responde. Esta permeabilidad también permite el paso de las toxinas de bacterias llamadas lipopolisacárido que puede desempeñar un papel significativo en la depresión.
La inflamación y la estimulación inmune

La naturaleza de esta respuesta inmune es cada vez mejor dilucidado. Aquí hay algunos jugadores conceptuales importantes:
Molecular mimetismo

Este es un concepto inmunológica que parece estar en la raíz de mucho de lo que nos aflige en este mundo lleno de partículas extrañas. El sistema inmune reacciona a nuevos compuestos / desconocidos a través del sistema innato, que está mediada por las células blancas de la sangre, incluyendo macrófagos y células dendríticas, se complementan cascadas, células asesinas naturales, y citoquinas. Este brazo del sistema inmunológico o da instrucciones al sistema de "aprendido" de adaptación, que emplea células B y células T para construir anticuerpos que sigue para volver a reconocer el agente agresor.

Una vez gliadina péptidos en gluten han infringido la mucosa del intestino, pueden estimular la producción de una gran variedad de anticuerpos y otros agentes de tejido menoscabar:

Anticuerpos alfa / beta, gamma, y gliadina omega
Anticuerpos tejido Endomesial
La transglutaminasa tisular: transglutaminasa tisular es una enzima que juega un papel importante en la presentación de gliadina a las células B y T a ser marcados para la producción de anticuerpos. Esta enzima está etiquetado como parte del complejo con gluten y se convierte en un objetivo del sistema inmune. Es importante destacar que la transglutaminasa 6 está activo en el sistema nervioso central y parece mediar los efectos neurológicos de la intolerancia al gluten incluyendo depresión, convulsiones, dolores de cabeza, esclerosis múltiple / desmielinización, la ansiedad, ADHD, ataxia, neuropatía como se discute aquí y aquí. Es importante destacar que los depósitos de transglutaminasa se acumulan en los vasos sanguíneos, incluyendo la barrera hematoencefálica.
Synapsin, GAD (descarboxilasa del ácido glutámico), y gangliodise: 51% de la población celíaca desarrolla neurológica o disfunción psiquiátrica y porcentajes significativos de enfermedades neurológicas tales como ataxia, convulsiones y neuropatía se encuentran para ser impulsado por y resueltos por la exposición al gluten como discutido aquí. Un estudio encontró que el 27% de los esquizofrénicos tenían anticuerpos gliadina. Una vez más, mimetismo molecular está en la base de anticuerpos gliadina reactiva que se dirigen a los componentes celulares del sistema nervioso que influyen la transmisión neuroquímica. Manifestaciones neurológicas más a menudo presente en la ausencia de cualquier reporte de síntomas gastrointestinales.
Autoanticuerpos tiroideos: la enfermedad tiroidea autoinmune se produce en la frecuencia inesperada en pacientes celíacos principales investigadores a identificar la patología común a estas dos condiciones. Molecular mimicry y ácido amino motivo superposición en peroxidasa de gliadina y la enzima tiroides y tiroglobulina proteína puede desencadenar reactividad cruzada en el entorno de la permeabilidad intestinal y la respuesta inmune al gluten. Anticuerpos transglutaminasa tisular también se unen tejido de la tiroides causando la destrucción de la glándula y el reclutamiento del sistema inmune para su reparación. La citoquina inflamatoria IL-15 es un mecanismo común para la reactividad inmune en la enfermedad celíaca y la tiroiditis de Hashimoto pensado para impulsar la inflamación que está promovido por la mala absorción de selenio cuando se ve comprometida la mucosa intestinal . El selenio es integral no sólo para la función de la hormona tiroidea, pero es también un antioxidante que hace el control de daños en el entorno de estrés oxidativo.

martes, 17 de marzo de 2015

AUTISMO PERU

NUTRICIONISTA ORTOMOLECULAR MARISOL RUIZ SUBAUSTE (LIMA PERU)
TRATAMIENTO BIOLOGICO NUTRICIONAL DEL AUTISMO

MARISOL RUIZ SUBAUSTE
NUTRICION ORTOMOLECUL
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fhttp://www.ub.edu.ar/investigaciones/tesinas/219_libenson.pdf


martes, 17 de febrero de 2015

MERCURIO AUTISMO

AUTISMO PERU

Vacunas y timerosal: ¿riesgo de autismo y desórdenes neurológicos?
Thimerosal and vaccines: ¿austims and neurological disorders?

1 Profesor Principal de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Médico Pediátra: Hospital Nacional Cayetano Heredia

RESUMEN
Con el avance de la ciencias médicas numerosas enfermedades han podido ser prevenidas antes de que se produzcan gracias a las vacunas. De este modo se han evitado millones de muertes reduciéndose la mortalidad y morbildad por dichas enfermedades inmunoprevenibles, en aquellas poblaciones en donde las campañas de vacunación se realizan. Sin embargo las vacunas pueden presentar efectos o eventos no deseados relacionados con la aplicación de la mismas, los cuales aunque infrecuentes en su mayoría han sido muchas veces magnificados. Últimamente se ha venido tratando de implicar a un preservante de las vacunas el timerosal como el posible causante de autismo, atrubuyéndosele un efecto neurotóxico. Debido a que los grados de evidencia con las que se trata de sustentar dichas aseveraciones no son los adecuados, y que a la luz del conocimiento actual, los estudios no demuestran una asociación entre vacunas que contienen timerosal y desórdenes del espectro autístico; se concluye que las evidencias actuales señalan que no existe una relación causal entre un tipo de vacunas (SRP) o si éstas contienen timerosal y el desarrollo de autismo o un desorden del espectro autístico.
Palabras Clave: vacunas, espectro autístico, timerosal, autismo.
ABSTRACT
It has been possible to prevent many diseases thanks to the advance of the medical sciences and the development of effective vaccines. Millions of deaths have been avoided, and the mortality and morbidity of vaccine-preventable diseases have been drastically reduced, in the populations where vaccine campaigns are carried out. Vaccines, nevertheless, can present undesirable effects or events related to their application, which despite their rarity have been grossly exaggerated. Lately there are attempts to imply thimerosal, a vaccine preservant, as the possible cause of autism, attributing to it a neurotoxic effect. The present evidences of many different kinds do not support a neurotoxic role for thimerosal. The statements on thimerosal neurotoxicity are not supported by evidence; the studies show no association between vaccines containing thimerosal and disorders of the autistic spectrum. The conclusion is that there is no causal effect between a type of vaccines or whether they contain thimerosal and the development of a neurological disorder of the autistic spectrum.
Key words: vaccines, autistic spectrum, thimerosal, autism.

En la medida que las enfermedades inmunoprevenibles se han logrado controlar y erradicar con el adecuado uso de las vacunas disponibles, “ aparecen “ y en algunos casos se magnifican los efectos u eventos no deseados relacionados con la aplicación de las mismas. Es asi, como a partir de una publicación de un artículo en la revista Lancet1, la vacuna de sarampión se relacionó con el desarrollo de autismo, posteriormente cuando ya no era la vacuna de sarampión, se atribuyó a uno de los preservantes utilizados en las vacunas, el derivado mercurial timerosal, como el posible causante de autismo o de un trastorno del desarrollo del niño ( espectro autístico ).
En la presente revisión, daremos algunas evidencias para determinar y precisar si el riesgo de desarrollar autismo o un trastorno del espectro autístico , realmente se relaciona o se asocia con la aplicación de alguna vacuna. Epidemiológicamente se entiende el término riesgo como una probabilidad de que se produzca un hecho o daño que puede ser una enfermedad, una muerte ú otros eventos en un grupo de personas y en un periodo determinado del tiempo; esto es básicamente la probabilidad estadística de un suceso futuro, frecuentemente se expresa como una tasa y debemos recordar que al ser una probabilidad, nos dice cuanto de esa población frente a una determinada exposición va a tener el evento desagradable, pero no nos dice quien2. Entonces, cuando se tiene cierta característica o exposición que para el presente análisis, es la aplicación de una vacuna es un factor de riesgo para desarrollar autismo, vamos a ver cuanta asociación hay entre esta exposición de recibir la vacuna y el desarrollo de un evento malo, mórbido que sería autismo.
Los estudios epidemiológicos tienen diferente capacidad para demostrar la evidencia de una determinada relación causal entre una exposición y un resultado o efecto, considerándose a los ensayos clínicos como la mejor evidencia, luego jerárquicamente le siguen en orden descendente los estudios de cohortes, caso-control, ecológicos, transversales y serie de casos, siendo estos últimos, los mas débiles para demostrar causalidad3 (Tabla 1). La intención de la presente revisión es presentarles un grupo de estudios , teniendo en cuenta lo previamente citado y evaluando los resultados para poder obtener una conclusión. Si uno quisiera hacer una demostración de que efectivamente una determinada exposición termina en un evento final, en este caso aplicar una vacuna, da realmente autismo, se podría hacer mediante un ensayo clínico aleatorizado, pero este tipo de estudios han sido realizados para evidenciar eficacia de protección de la enfermedad a inmunizar, pero no han sido diseñados exprofesamente para medir efectos secundarios o efectos no deseados, por tanto debemos mirar los otros tipos de estudios, asimismo si se sospecha un efecto secundario por razones éticas no se acepta demostrarlo mediante un ensayo clínico aleatorizado ,de allí que la mayor parte de los estudios que miden riesgo, son fundamentalmente estudios de tipo observacional como son estudios de cohortes y caso- control .Así mismo como vamos a ver los resultados de algunos estudios, los que son expresados con medidas de asociación como son el riesgo relativo (R R ) y el odds ratio ( OR ) (Tablas 2 y 3) con sus respectivos intervalos de confianza del 95% (IC 95%), recordaremos que el riesgo relativo es el cociente entre la tasa de incidencia de un determinado evento, en este caso de autismo en los expuestos ( en los vacunados ), en comparación con la tasa de autismo en los no expuestos (no vacunados ).Si el RR relativo es 1, obviamente no hay ninguna diferencia entre expuestos y no expuestos , si es muy cerca de 1 esta asociación es débil y si es mayor de 3 es claramente un factor de riesgo, pero cuando este riesgo relativo es menor que 1 más bien hay un efecto protector del factor estudiado. La interpretación es similar también para los valores de OR, que como ustedes recuerdan es el cociente de posibilidades de exposición en los casos en comparación con los controles, cuando el odds ratio es mayor que 1, es claramente un factor de riesgo bajo el modelo del estudio caso control y cuando el odds ratio es menor que 1 es un factor de protección.
El intervalo de confianza del 95%, significa que si repitiéramos 100 veces el mismo estudio, los resultados se encontrarían dentro de este intervalo de valores con un 95% de confianza, cuando en este intervalo para el RR o el OR incluye el valor de 1, significa que no hay riesgo ni protección en la relación estudiada y si este intervalo es “estrecho” el tamaño muestral del estudio es bueno, en cambio si este intervalo de valores es “amplio” hay un problema del tamaño muestral.
Como mencionáramos previamente, un autor inglés publicó en 19981 en Lancet una serie de 12 niños que habían recibido la vacuna triple vírica (SRP) quienes desarrollaron un problema gastrointestinal y seguidamente la gran mayoría de estos 12 niños hicieron autismo, el autor relacionó al componente de sarampión de la vacuna triple vírica como el causante de la enfermedad inflamatoria intestinal y del autismo presentado en estos niños.
Desde el punto de vista epidemiológico, la pregunta sería: Es la administración de una vacuna como la triple vírica (SRP) un factor de riesgo para desarrollar autismo o un trastorno del desarrollo? En los años 90 en muchos países, sobre todo países desarrollados empezaron a preocuparse por algunos preservantes derivados de mercurio de las vacunas, porque la preocupación era por la cantidad de mercurio en el ambiente, por ende en las vacunas que tienen mercurio (etilmercurio), pero este derivado mercurial es un tipo de mercurio totalmente diferente al que es tóxico (metil mercurio ) éste en dosis altas produce un daño neurológico y renal, entonces la pregunta alrededor de esto, no es si un determinado tipo de vacuna (SRP), sino: si el timerosal, que es un derivado de mercurio utilizado como preservante en muchas de las vacunas, cuando son administradas en niños es un factor de riesgo para desarrollar autismo o un problema del desarrollo?. Primero citaremos algunos estudios y sus resultados en relación con la primera pregunta y seguidamente en relación ya específicamente con el derivado del mercurio, el timerosal.
A fines de 1998 en la misma revista Lancet4, se publicó un estudio realizado en Finlandia que relacionaba la vacuna triple vírica (SRP) con la posibilidad de autismo, se trata de una serie de casos a partir del reporte de efectos adversos después de haber recibido la vacuna triple vírica. En un periodo de 14 años se había administrado 3 millones de dosis de esta vacuna, a partir de esta base de datos se encontró 31 niños que desarrollaron síntomas gastrointestinales entre 1 ó 2 semanas después de haber recibido esta vacuna , síntomas que remitieron entre 2 a 7 días en la gran mayoría de ellos, en un seguimiento de 1 año 9 meses a 14 años de este grupo de niños con síntomas gastrointestinales, ninguno de ellos desarrolló un desorden de tipo autismo. Los autores concluyeron que sus datos no soportan la hipótesis que la vacuna SRP produzca un desorden del desarrollo o enfermedad inflamatoria intestinal. Este estudio es una evidencia débil por tratarse de una serie de casos y porque no tiene ningún grupo de comparación.
Posteriormente, en el año 2004 se publica un estudio caso control que utiliza una base de datos de investigación en la práctica en los hospitales del Reino Unido, con niños que habían nacido en 1973 y que tuvieran un registro del desorden del desarrollo entre los años 1987 y 2000, los aparearon por edad, sexo y por el tipo de práctica general.
En este periodo de tiempo se ubicó 1 294 casos de autismo o del espectro autístico y los aparearon con más de 4 000 controles, recordemos qué por tratarse de un estudio caso control , la medida de asociación es el OR, los autores presentan sus resultados con un odds ratio no ajustado y cuando hacen ajustes para algunos factores expresan los resultados con un odds ratio ajustado.
En este estudio independientemente de la edad en que el niño haya recibido la vacuna SRP ,el valor puntual del OR no ajustado es menor que 1, es decir como si vacunarlo fuera un factor de protección , su intervalo de confianza (IC95% ) también pasa por 1, pero el OR ajustado muestra un valor puntual menor de 1, pero su IC95% pasa por 1, significando que no hay riesgo ni protección (Tabla 4).
Cuando estos mismos autores hacen análisis estratificado, por ejemplo si el niño había recibido la vacuna antes o después de los 3 años ,o antes o después de los 18 meses, los valores de los OR no ajustados están dentro de lo que podrían llamarse protección, pero cuando uno mira los odds ratio ajustados en realidad el intervalo de confianza pasa por 1 , significando que la edad de la vacunación tampoco sería un factor determinante en el efecto de desarrollar autismo (Tabla 5). En el análisis de solo autismo o solo otro desorden del desarrollo, los resultados son también similares a los previos (Tabla 6) Los autores concluyeron que sus hallazgos no sugieren que la vacuna SRP está asociado con un riesgo incrementado de desórdenes neurológicos persistentes5. Nosotros diríamos que este estudio caso-control es una evidencia moderada.
Un estudio basado en el Registro Nacional de Dinamarca6, en el cual todo ciudadano desde que nace se le registra todos sus eventos, sobre todo en relación con salud, los autores construyen una cohorte retrospectiva con más de 500 000 niños nacidos entre el 91 y 98, en los cuales pueden identificar en este mismo registro quienes reciben la vacuna SRP, así como quienes no la reciben y en otro registro que es un registro central psiquiátrico danés pueden saber que niños tienen autismo y que niños tienen otros desórdenes del espectro autístico, ellos pueden realmente construir una cohorte expuesta (los que reciben la vacuna SRP) y una cohorte no expuesta ( los que no reciben la vacuna SRP).
 
Después de ajustes potenciales, el riesgo relativo es 0,92 para autismo y 0,83 para otros desórdenes autísticos, con estos valores menores de 1 se diría que la vacuna SRP protege contra autismo, pero sus IC 95% pasan por 1 (Tabla 7). Asi mismo los análisis estratificados entre edad de vacunación, tiempo después de la vacunación y fecha de la inmunización con autismo ,no encuentran asociación después de realizar ajustes para edad, periodo del calendario de inmunización , sexo, educación de la madre y nivel socio económico familiar, en razón que todos los IC 95% pasan por 1, indicando que no hay protección ni riesgo (Tabla 7). Los autores concluyen que su estudio provee una fuerte evidencia, contra la hipótesis que la vacunación contra SRP cause autismo6. Si bien este es un estudio retrospectivo; pero su base de datos es buena, el Registro Civil danés, por tanto puede considerarse que sus resultados son válidos, de otro lado por tratarse de una muestra significativa, más de 500 000 niños, los IC 95% son estrechos, pero no muestran ni riesgo ni protección (pasan por 1).
Los estudios previos, demuestran que la vacuna de sarampión, rubéola y paperas, por ende el componente de sarampión no se asocia con el desarrollo de autismo u otro desorden de aspecto autístico en los niños que reciben esta vacuna7. Sin embargo, en los años 90 hubo una preocupación por el efecto de los metales pesados en el ser humano y se especuló si la presencia del derivado del mercurio (timerosal) presente en las vacunas no sería la causa de autismo, sobre todo porque en varias áreas del mundo se registró un mayor número de casos de autismo y coincidentemente se había incrementado el número de vacunas que recibían los niños y potencialmente el niño recibiría más mercurio que antes.
El timerosal es un compuesto orgánico que contiene etilmercurio, el cual ha sido usado como preservante de algunas vacunas, sobre todo en la presentación de multidosis desde los años 30. El etil mercurio es diferente del metil mercurio, este último si se conoce que es neurotóxico, sin embargo el metabolismo del etil mercurio es diferente del metil mercurio8.
En realidad se quiso inferir que la toxicidad del metil mercurio era similar al etil mercurio presente en el timerosal. En el año 2001, el informe del Comité de Seguridad de las Inmunizaciones de Estados Unidos de Norte América concluyó que las evidencias eran insuficientes para aceptar o rechazar la relación causal entre timerosal y los desórdenes neurológicos del desarrollo y que se requería de más investigaciones para definir esta posible asociación9. Estos estudios se han realizado en los últimos 4 años, algunos de los cuales vamos a citarlos a continuación.
En base a los datos del Registro Civil Danés, se construye nuevamente un estudio cohorte retrospectiva de niños nacidos entre los años 1991 al 1996, reuniéndose casi 500 000 niños, y a partir de registros psiquiátricos se identifican 440 casos de autismo y 787 casos de desórdenes del espectro autístico10. Hasta julio de 1992 en Dinamarca se había estado usando vacunas de pertusis con timerosal como preservante y después de esa fecha la vacuna pertusis no contiene timerosal , por tanto se tiene una cohorte de niños expuestos a timerosal y una cohorte de de niños no expuestos a timerosal. Después de realizar una serie de ajustes para edad, calendario de inmunización, sexo, peso al nacer, apgar a los 5 minutos y otras variables, el riesgo relativo entre los vacunados expuestos con pertusis con timerosal y la misma vacuna pertusis sin timerosal, en el caso de autismo pareciera ser protector (0,85) pero su intervalo de confianza pasa por 1 ( IC95% : 0,60-1,20), el RR para desórdenes del tipo autístico si pareciera un valor de riesgo porque es mayor de 11.12, sin embargo su IC 95% pasa por 1 y no es significativo ( 0,88- 1,43 ). (Tabla 8). Además se tiene el registro del número de dosis de pertusis que ha recibido cada niño, entonces después de la segunda y tercera dosis, obviamente ha recibido más cantidad de etilmercurio, cuando hacen un cálculo para un promedio de incremento de 25 microgramos de etilmercurio por dosis sucesivas, los riesgos relativos son muy parecidos a los anteriores, 0,98 para autismo y 1,03 para desórdenes del espectro autístico, pero los IC 95% pasan por 1, por tanto el incremento de cantidad de etilmercurio (mayor número de dosis) recibida no se asocia con un incremento del riesgo de desarrollar autismo. (Tabla 8).Los autores concluyen que los resultados no soporten una relación causal entre niños vacunados con vacunas que contienen timerosal y el desarrollo de desórdenes del espectro autístico10. La observación para este estudio de cohorte retrospectiva es que su comparación es histórica, porque comparan una población antes del 92 con una población después de este tiempo, sin embargo el número de participantes en cada cohorte es bastante grande.
Un estudio interesante también publicado por el grupo danés, es un estudio que utiliza el número de niños de 2 a 10 años de edad con el diagnóstico de autismo en un periodo de tiempo que va desde 1971 al 2000, en este intervalo de tiempo se registró más de 900 niños con este desorden y se relaciona con el periodo de tiempo en que se usa vacunas con timerosal en Dinamarca ( antes de julio de 1992) y el periodo posterior en que ya no se usa timerosal en las vacunas de dicho país. De acuerdo con los resultados mostrados gráficamente se puede ver que en el periodo en el cual se usaba las vacunas que contenían timerosal, la frecuencia de casos se mantenía relativamente estable y cuando se retira el timerosal de las vacunas en el año 92 comienza en todos los grupos etáreos ha incrementarse el diagnóstico de los casos de autismo. Los autores concluyen que la descontinuación de las vacunas conteniendo timerosal en Dinamarca en 1992 fue seguida por un incremento en la incidencia de autismo, por tanto los datos ecológicos no soportan la correlación entre vacunas conteniendo timerosal y la evidencia de autismo11. Es decir, ya no hay timerosal en las vacunas, sin embargo el número de casos se sigue incrementando. 
Finalmente , citaré un estudio de tipo cohorte prospectivo12 realizado al sur de Londres, Avon en el Reino Unido, en el cual se pudieron seguir a más de 14 000 niños, desde los 6 meses a 91 meses de edad, estimándose la cantidad de timerosal recibida en relación a las vacunas de 3, 4 y 6 meses de edad y se comparó con mediciones de nivel cognitivo y del desarrollo conductual en ese periodo de seguimiento, Empleando un modelo de análisis multivariado, el OR sin ajustes, sugirió un beneficio el recibir la vacuna que contenía timerosal en diferentes momentos del seguimiento, por ejemplo, había menos hiperactividad y problemas de conducta a los 47 meses de edad con la exposición a los 3 meses, menos problemas del desarrollo motor a los 30 meses y exposición a los 6 meses y otras relaciones similares. Cuando hacen ajustes citan hasta 69 estimaciones, solo en una de ellas después de hacer ajustes para diferentes variables (peso al nacer, gestación, género, educación materna, paridad y otras) que supuestamente tengan que ver también con autismo, se encontró un resultado en la dirección de la hipótesis, es decir, que la presencia de timerosal en las vacunas lleva a autismo y ésta es la pobre conducta social de este grupo de niños seguidos a los 47 meses de edad y la exposición a la primera vacuna, porque el odds ratio es de 1,12 , con un IC 95% de : 1,01-1,23, es decir es un factor de riesgo, sin embargo si ustedes se acuerdan de la interpretación tanto del riesgo relativo como del odds ratio, lo que está muy cerca de 1, su asociación es muy débil. Los autores de este estudio de cohorte prospectiva finalizan diciendo: “Nosotros no encontramos evidencia convincente que la exposición temprana a este derivado del mercurio timerosal, tenga un efecto deletéreo en un desorden neurológico o psicológico persistente”12.
Una revisión y análisis de la bibliografía existente sobre este tema concluye: “Los estudios no demuestran una asociación entre vacunas que contienen timerosal y desórdenes del espectro autístico”13.
Cuando se busca determinar la causalidad entre una determinada exposición (aplicación de un tipo de vacuna o una vacuna con timerosal) y un resultado ú efecto (autismo o un desorden del espectro autístico) no es suficiente cumplir con una asociación puramente estadística, sino fundamentalmente cumplir con los criterios de causalidad3 (Tablas 9 y 10 ).
Aplicaremos estos criterios a lo ya citado previamente, cuando hemos mencionado los diferentes tipos de estudios relacionados con vacunas y autismo. En cuanto a la relación temporal, la exposición debe preceder al efecto, en este sentido los estudios de tipo cohorte buscan cumplir este criterio, en razón a que en dicho tipo de estudio se parte de la exposición (vacunados o no vacunados) y se busca en el tiempo el efecto (autismo); como ya vimos los diferentes estudios de cohortes rechazan la asociación causal.
El criterio de verosimilitud, es decir es posible que de acuerdo a los conocimientos actuales se pueda explicar el efecto observado, en realidad se ha querido “trasladar” la toxicidad del metil mercurio al etil mercurio (timerosal) en base al conocimiento de la toxicidad neurológica del metil mercurio, sin embargo se conoce que la biodisponibilidad del etil mercurio es diferente, así mismo en la actualidad la etiología del autismo esta más relacionada en bases genéticas que del lado tóxico, por tanto tampoco se cumpliría este criterio.
Los diferentes estudios citados y realizados en diferentes lugares del mundo, coinciden en no encontrar asociación entre vacunación y autismo, por ende no se cumple el criterio de coherencia.
En lo relativo a la intensidad de la asociación entre la causa o factor de exposición (vacuna) y el efecto (autismo) hemos observado que tanto los RR o los OR no muestran asociación y sus IC 95% pasan por 1 (ni protección, ni riesgo), por ello tampoco se cumple este criterio de la intensidad de la asociación.
En uno de los estudios, se midió si con el mayor número de vacunas con timerosal (número de dosis de vacunas pertusis) la asociación debería hacerse más evidente, lo cual tampoco pudo observarse, no cumpliéndose con el criterio de relación dosis-respuesta.
El estudio ecológico de Dinamarca, en el cual se observa que al suspender la exposición (timerosal en las vacunas) no desaparece el efecto (autismo), todo lo contrario la frecuencia de autismo se incrementa, de lo cual se deduce que la exposición del timerosal en las vacunas no tiene nada que ver en el autismo, debe haber otras razones que permitan explicar este incremento de casos de autismo, que no se debería al timerosal, y en este sentido tampoco se cumple el criterio de reversibilidad.
Finalmente, respecto al criterio del tipo de diseño de estudios e interpretaciones de datos, los diferentes estudios: serie de casos, estudio ecológico, estudio caso control, cohortes retrospectivos y cohortes prospectivos, llevan a la misma conclusión: no existe asociación entre vacunación contra sarampión y autismo, ni existe asociación entre las vacunas con timerosal y autismo.
Como conclusión final diremos: las evidencias actuales, las diferentes evidencias, los diferentes niveles de evidencia coinciden, no existe una relación causal entre un tipo de vacunas (SRP) o si éstas contienen timerosal y el desarrollo de autismo o un desorden del espectro autístico.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a la Sociedad Peruana de Pediátria y al autor por la autorización de reproducción total del artículo aparecido en la Revista Peruana de Pediatría 2005, 58(3): “Vacunas y timerosal: riesgo de autismo y desórdenes neurológicos?”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Wakefield, A.J., et al. Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children. Lancet 351: 637 – 641, 1998.         [ Links ]
2. Fletcher R, Fletcher S and Wagner E. Clinical Epidemiology. The Essentials. Third ed. William and Wilkins. Baltimore, Maryland, USA, 1996. Cap. 5.
3. Beaglohole R y Bonita R. Epidemiología básica, OMS. Washington DC. 1994. Cap. 5        [ Links ]
4. Peltola H, Patja A, Leinikki P et al. No evidence for measles, mumps, and rubella vaccine – associated inflamatory bowel disease or autism in a 14 year prospective study. Lancet 1998; 351: 1327 – 1328.        [ Links ]
5. Smeeth L., Cook C., Fombonne E, et al. MMR vaccination and pervasive developmental disorders: a case – control study. Lancet 2004; 364: 963 – 969.         [ Links ]
6. Madsen K, Hviid A, Vestergaad, et al. A population-based study of measles, mumps, and rubella vaccination and autism. NEJM 2002 ; 347: 1477 – 1482..         [ Links ]
7. Offit P, Coffin S. Communicating science to the public: MMR vaccine and autism. Vaccine 2003; 22: 1 -6.        [ Links ]
8. Pichichero M, Cernichiari E , Lopreiato J , et al. Mercury concentrations and metabolism in infants receiving vaccines containing thiomersal: a descriptive study. Lancet 2002;360: 1737-1741.         [ Links ]
9. IOM ( Institute of Medicine ) Thimerosal-containing vaccines and neurodevelopmental disorders. Washington DC. National Academy Press;2001.         [ Links ]
10. Hviid A, Stellfeld M, Wohlfahrt J, et al. Association between thimerosal – containing vaccine and autism. JAMA 2003; 290: 1763 – 1766.         [ Links ]
11. Madsen K, Lauritsen M, Pedersen C, et al. Thimerosal and occurrence of autism: Negative ecological evidence from danish population – Based Data. Pediatrics 2003; 112: 604 – 606.         [ Links ]
12. Heron J, Golding and ALSPAC Study team. Thimerosal exposure in Infants and developmental disorders: A prospective cohort study in the United Kingdom does not support a causal association. Pediatrics 2004; 114: 577 – 583.         [ Links ]
13. Parker, S, Schwartz B, Todd J, et al. Thimerosal Containing vaccines and autistic spectrum disorder: A critical review of published original data. Pediatrics 2004; 114: 793 – 804.       

jueves, 12 de febrero de 2015

NUTRICION AUTISMO

AUTISMO PERU  (4451741   994670903)

MARISOL RUIZ SUBAUSTE
NUTRICION ORTOMOLECULAR
 4451741     994670903


El aumento del 6000% en los casos de autismo en el mundo que revelan una EPIDEMIA masiva tienen un origen multifactorial , contaminaciòn, VACUNACION con exceso de virus y preservantes quìmicos (mercurio, aluminio, formaldehydo). Esto crea un gran desbalance en el metabolismo.
Especialista en Nutrición Ortomolecular Marisol Ruiz Subauste asegura que el Espectro Autista se relaciona con el desbalance de Nutrientes






miércoles, 11 de febrero de 2015

AUTISMO Y DAÑO QUE CAUSAN LAS VACUNAS

Pelìcula que nos hace ver al detalle como algunas vacunas han dañado la inmunidad, el aparato digestivo de muchos niños y han provocado AUTISMO.
Es la dieta y la desintoxicaciòn las que permiten el camino de regreso.


https://www.facebook.com/autismoperu.elautismotienecura


AUTISMO PERU

Marisol Ruiz Subauste
Nutricion Ortomolecular
PERU

MARISOL RUIZ SUBAUSTE
NUTRICION ORTOMOLECULAR
 4451741     994670903






miércoles, 4 de febrero de 2015

EPIDEMIA DEL ESPECTRO AUTISTA

  MARISOL RUIZ SUBAUSTE
                                                                   NUTRICION ORTOMOLECULAR
                                                                   4451741     994670903


El presente siglo esta siendo testigo de la mayor Pandemia de Trastornos Del Desarrollo Infantil :  Déficit de Atención, Hiperactividad, Asperger, Retraso en el Lenguaje, Escaso Desarrollo Motor, Hipotonía , el espectro Autista y el Autismo de regresión nos han tomado por asalto y padres y familiares de los niños afectados quieren encontrar  el origen de estos padecimientos y las intervenciones que les permitan mejorar y en muchos casos curar a sus hijos.
Este espacio busca convertirse en el lugar de respuesta a las múltiples interrogantes que la familia tiene ante estos padecimientos infantiles y acompañarlos en la recuperación de sus seres queridos.
Una Pandemia siempre tiene un “POR QUE SE DIO” y para encontrar el origen de esta específicamente debemos tener en cuenta que los factores desencadenantes están dados por : Un exceso de Contaminación Ambiental (plomo, arsénico, mercurio, aluminio, etc) , abuso de Antibióticos y Corticoides, Preservantes en las Vacunas infantiles (mercurio o Thimerosal, aluminio, formaldehido entre otros). Carga viral múltiple de las vacunas y finalmente abuso de comida conocida como “chatarra” recargada de colorantes, preservantes, saborizantes y muchos otros químicos que actúan  como antinutrientes e impiden al igual que todo lo anterior una normal maduración neurológica.
Estos factores desencadenantes crean una suerte de deterioro del metabolismo y desnutrición múltiple, además de variadas alergias alimentarias y  descomposición de la flora intestinal. Por lo tanto cuando hablamos de Trastornos del Desarrollo inmediatamente debemos pensar en Nutrición y Metabolismo, sabiendo  a Qué nos enfrentamos podemos dar la batalla y este espacio los quiere acompañar en esta  Lucha